No hay caída tan profunda de la que el hombre no pueda levantarse, con la ayuda de Dios, si lo desea de todo corazón.
Y no hay caída tan leve en la que el hombre, si pierde la confianza en Dios, en sí mismo y en sus semejantes, no pueda hundirse para siempre.
Tú eres el hacedor de ti mismo, en virtud de los pensamientos que eliges y acaricias. Tu mente es el maestro tejedor del vestido interno de tu carácter y del vestido externo de tus circunstancias.
Si hasta aquí has tejido la tela de tu vida con ignorancia y dolor, desde ahora puedes tegerla con sabiduría y felicidad.
EMPIEZA DE NUEVO....¡ Y TRIUNFARÁS !
